A partir del análisis y observación de la obra de M.D. y de las consecuencias que de esta se derivan, se pueden establecer tres puntos fundamentales en los que propone una ‘renovación de la idea de Pintura y no un continuo devenir de lo pictórico’:
La Ilusión de la imagen pictórica
La representación de la “realidad” en la imagen pictórica viene de una historia de ‘experiencia de ver’ en los distintos momentos socio-culturales –y artísticos-, es decir, que particular y específicamente les corresponde una manera de “visualidad”, y así mismo una manera de realización plástica. Ha de tenerse en cuenta entonces las convenciones contemporáneas a la obra pictórica temprana de Duchamp y como la idea de Ilusión pictórica es traspasada por su obra.
La concepción occidental de figura, dada por la ecuación fondo/forma es básicamente el esquema de representación de “realidad”, del cual M.D. va a hacer uso por su ausencia, por la negación de la representación. Esto quiere decir, que la anti-ilusión (máquina óptica) en algunos casos, y la puesta en evidencia de la falsedad de la imagen (trineo) en otros, van a replantear el punto desde el cual se ven estas ‘convenciones visuales’ y llevarán al espectador fuera de la dimensión fenomenológica de la visualidad a la idea misma de su visualidad, a “verse-viendo”, poniendo en evidencia los códigos culturales y lo poco que significa el hecho de utilizar estos para pretender develar algo nunca antes visto, una inusitada dimensión del hombre, etc.
Así, Duchamp hace uso de la letra impresa, que en oposición a la imagen ilusionista, es de correspondencia sabidamente artificial y en el que un espacio ‘más allá’ de su misma superficie semántica seria la subjetivización en la experiencia de cierto individuo, pero la obra en-si no pretende presentar por medio de códigos establecidos una “realidad”.
La pintura como idea, no como oficio
En el hecho readymade hay una cualidad de elección inevitable, es decir la condición de formulación o proposición que se deriva de ver un/ese objeto y no una pintura o cualquier otro objeto. En pocas palabras es la ausencia de la pintura y la insistencia en lo pertinente de la elección del objeto presente. Así la pintura se hace presente como idea, no como hecho, el hecho es el readymade, y su característica tradicional de oficio pasa a ser un carácter prescindible, no es necesaria la cosa-pintura sino la idea-pintura para pensar la pintura.
Perdida del significado histórico de la pintura
Para los años en que Duchamp estaba en el mundo artístico-pictórico, y aun en los nuestros, el uso de la categoría PINTURA estaba en cuestion, como obsoleta, sobre todo por las transformaciones tecnológicas, sociales y mentales que se habían dado. La invención e implementación de la fotografía y el cine es claramente un síntoma de cambios estructurales en la forma de experimentar y pensar la imagen bidimensional que relevan la pintura cubista, por ejemplo, en su función de “fragmento de realidad objetiva” y que le dejan a esta, en cuanto a categoría una mera experiencia visual, de cargas simbólicas pero de poca trascendencia ya para la actividad histórica del ser humano.
SL
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